sábado, diciembre 12, 2009

Boom, crash!

Estoy escondida, dentro de una casa oscura. Estoy sentada bajo el alféizar de la ventana, es de noche ahí fuera. Se oyen tiros, metralletas, casquillos cayendo al suelo, explosiones, fuego. Huele a gasolina y a sangre fresca.
Yo tiemblo, tengo mucho miedo. Me asomo un poco para ver lo que se cuece y cuando parecen que se han calmado las cosas, una granada destruye los cimientos de mi casa.
Tengo que volver a esconderme de nuevo, tengo que buscar otro refugio antes de que una bala atraviese mi cráneo.
Y consigo esconderme tras un coche, y saco un poco la mano, y una piedra me la parte. Los enemigos se quedaron sin munición, ahora atacan con todo lo que pillan y una gran cantidad de odio y rabia acumuladas que sus armas les impedían desahogar.
He vuelto a confiar en mi suerte y volví a salir herida. Maldita sea.
A mi derecha esta aún la playa oscura. A mi izquierda, la mas cruel de las batallas que he visto nunca.
Podría morir en el agua, en el mar, donde siempre a estado mi paz, donde siempre he gozado de la tranquilidad que yo mas ansiaba.
O podría vivir, podría correr, podría cogerle un fusil a uno de esos jóvenes soldados muertos y matar hasta poder escapar.
Matar para vivir.

Podría matar a mi familia y a mis amigos, podría abrirme el pecho en canal y sacar mi dignidad y mi dolor y fusilarlos en el paredón.
Podría hacer eso y poder vivir para contarlo.

No es tan mal plan, supervivencia, es una carrera de fondo.
Los que viven rápido se cansan pronto.

Lo intento, cojo un fusil (Aquí mi fusil, aquí mi pistola, una da tiros la otra consuela...) y me vuelvo a esconder detrás del coche, bastante intacto por suerte.
Mi mano duele, duele como nunca antes me había dolido nada antes.
Y se me caen lágrimas y mas lágrimas, algunas de dolor físico, agudo, insoportable, otras de rabia. Incluso, hay cientos de lágrimas que hasta son de amor.
Y disparo, la primera vez en mi vida que se dispara un arma entre mis manos, entre mi mano, mejor dicho. Mi mano temblorosa no es capaz de hacer la función ni si quiera de media mano.
Pero lo intento. Lo peor que podría pasar seria morir, y ya estoy totalmente mentalizada de la situación.

Disparo de nuevo, esta vez con mas éxito, le di a uno en la barriga.
Nadie se percata de donde a venido ese tiro, hay demasiado caos, demagogia pura y barata enmascarada por el gobierno bajo unas palabras de patriotismo que no se cree nadie.
Por lo menos nadie inteligente.
He llegado a la conclusión, después de 2 disparos mas (los dos fallidos, por cierto) de que yo no soy inteligente.

Mato a personas, como todos aquellos que se matan como si del medievo se tratara por unos ideales y principios inexistentes (o existentes, llamemosles petróleo, religión, dinero, poder...) que yo aborrezco.

Pienso que igual es verdad, pero a la mierda, no? Es mi vida.
Quizás cuando se cansen de tirar piedras a su propio tejado, cuando se queden sin mas piedras, cuando se den cuenta de que todos son humanos, pueda salir de aquí.

O quizás me quede sin balas y me acaben matando.
O quizás, tenga un poco de suerte y la guerra termine dentro de unos pocos minutos.

1 comentario:

Un tipo dijo...

Todos humanos y todos distintos.
Esa puede o no ser nuestra dicha.



Saludos !