jueves, octubre 28, 2010

Shiver

Y canto alto... y limpio... y se que siempre te esperaré.

Pero tu no te das cuenta de lo que te necesito.



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Con los dedos destrozados de frotarme los ojos, mir orgullo se hincha mas y mas como el pecho de un león. Cargué mis armas con la mejor de mis paciencias y me guarde las lágrimas solo para las noches de desdicha, todas mis noches de almohada.
Tan empapada y tan húmeda, martirizada y aplastada, con tanto amor que yo le doy, imaginando que se materializa en miles de cosas que no hay.
Puedo soportar mil mentiras sabiendo que no son verdad, pero la verdad mas sincera me destrozará la cara.
Sonriente y roja, carmesi, esmeralda. Son los labios de una prostituta dejando su marca en servilletas. Como el que firma las paredes con su piel temiendo el olvido.
Me basta tu mirada para comprender que tu te irás. Te amaré, me amaras, me olvidarás.
En los callejones podras encontrar mi espalda y ya no te sonará de nada, no podrás reconocer ese trozo de mi piel que por las noches tanto te gustaba.
Y mi sino sera en vano, como mi misión fracasada, tan abajo, tan abajo, todo quedará para las cloacas, con payasos que dan miedo, y yo ya no sabre a quien dedicar mi alma, ni a que dedicar mi vida si esto es lo que se supone que mejor se hacer.

O por lo menos lo que nadie cuestiona.

¿O sí?