lunes, noviembre 23, 2009

En esas horas que no duermes.

Amanece sudando, bajo el edredon, huele a sexo, a tabaco, a ella. Se dice a si mismo que todo esto es un sueño, que esta loco, que alucina, que sus sentidos se han trastornado, que su cabeza ya no es lo que era. Se levanta de la cama, con cuidado de no tropezar, se pone los pantalones, con cuidado de no tropezar. Se enfunda la camiseta, con cuidado de no tropezar. Y se cae por las escaleras, se lo olvido ponerse las zapatillas de andar por casa.
Amanece sudando, bajo el edredon, huele a sexo, a tabaco, a ella.
Y ella está ahí, a su lado, entre la oscuridad, duerme placidamente, en el trozo de cama que aun el no a invadido, agarrada a la almohada. Parece aliviada, parece que disfruta de la anestesia.
Y el la mira y se le empañan los ojos de lagrimas. 'Tan cerca, tan lejos', piensa el. Estira el brazo y le acaricia la cara, estira el brazo y siente que no forma parte de su mundo. Y ella gruñe inconsciente, inocente, ajena al preocupado chico que la mira asustado.
El siente que no puede apartar la vista de su rostro, asi que se da la vuelta para estar frente a ella mientras las lagrimas corren y corren por sus mejillas, que desconsolado corazon! que triste melancolia! 'Tan cerca, tan lejos!'
Ella respira, profundamente y cada vez que expira, el aire acaricia el rostro del chico y este parece beber de su esencia, parece comerse cada bocanada de aire que ella deja salir de su boca.
'Tan cerca, tan lejos!'
Cuando la desesperacion pudo con el autocontrol y la abrazo tan fuerte que ella solo pudo rodearle debilmente con sus brazos.
Y cuando abrio los ojos y el los miro, su mente dejo su cuerpo y simplemente dejo que ella se encargara del resto.

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